Opinión: El mago de Oz

"El mago de Oz" (1939) de Victor Fleming

Un blog con un nombre basado en el videojuego Half Life no hay mejor manera de estrenarlo que con una revisión de "El mago de Oz", la película de 1939 protagonizada por Judy Garland que me ha sorprendido muy gratamente. He visto esta película ayer mismo y quitando todos las parodias de Padre de familia y Los Simpsons no conozco más adaptaciones del que fue un cuento infantil de L. Frank Baum.

Elegí ver ésta teniendo tantísimas en la lista de pendientes porque tengo una especie de "mono" de películas musicales clásicas, he visto a penas 2 o 3 y es un género que me sorprendió gratamente, por lo que recopilé los títulos más conocidos y me puse a ello. Ello viene siendo localizarlas en Blu-Ray en versión original subtitulada en inglés, porque soy así de fucker (ver la primera entrada para más información).

El mago de Oz comienza como una película en blanco y negro sobre Dorothy, una joven niña (entre 20 comillas, "niña", lo siento Judy pero en tus 17 aparentabas 25) de Kansas que vive en una granja con sus tíos, y está harta de que la vieja amargada de la señora Gulch intente llevarse a su perro Toto y putearla en general. Dorothy, como toda niña super-desarrollada  sueña con un lugar más allá de las nubes y el arcoiris donde los sueños se hagan realidad, escena que nos deja para el recuerdo una canción tan memorable como "Somewhere over the rainbow" que se llevó el Oscar en su día. 

Ah, Judy, ojalá interpretases a niñas pequeñas igual de bien que cantas

Dorothy se escapa para salvar a su perro de 20 centímetros, al cual iban a sacrificar por morder a la susodicha señora Gulch (cosas de la época), y acaba topándose con el encantador feriante, el profesor Marvel (Frank Morgan), que haciendo gala del mejor chantaje emocional la manda de vuelta a casa. Desgraciadamente aquello es Kansas, y ya sabemos que eso significa una peli con tornado. La chica y su perro se meten en casa pero el tornado la arranca del suelo y se la lleva volando, ahora si, al mundo technicolor de Oz (literalmente, pasa a ser a color).

Desde este punto la película es una presentación de personajes extraños tras otra con sus correspondientes y pegadizas canciones. Aunque algunos puedan provocar pesadillas (todavía puedo oír a los enanos cantores cuando cierro los ojos...) otros serán los más encantadores que he visto en un largometraje. Y a estos los conocerás incluso sin haber visto película alguna sobre el tema: El hombre de hojalata, el león cobarde y mi favorito, el espantapájaros (Jack Haley, Bert Lahr y Ray Bolger, respectivamente).

-Dorothy: "¿Cómo puedes hablar si no tienes cerebro?" 

-Espantapájaros: "No lo sé, pero muchas personas sin cerebro hablan día y noche, ¿no es cierto?" 

Sin duda mi frase favorita.

Éstos son sin duda los auténticos protagonistas de la película, con los mejores diálogos, las mejores canciones y el mejor humor. Además no podrían estar mejor interpretados, y creo que esto es algo que sólo podía pasar con actores bailarines y cantantes como los de antes. Cuando Ray Bolger hace de espantapájaros, te crees que está hecho de paja: A penas se mantiene en pie, sus movimientos son amplios y da la sensación de ser ligero y frágil. El hombre de hojalata se monta un número de baile en su presentación con sus rígidas y oxidadas articulaciones, y te crees que es lata podrida. Y el león, bueno, es un caso a parte, no sé a quien se le ocurriría esa forma de moverse y hablar, pero maldita sea si un león pudiera bailar y cantar lo haría así.

Hoy en día quienes iban a hacerlo así de bien, tanto actuando como bailando y representando a esas criaturas? Sí, podrías poner a Matt Damon de espantapájaros y tal vez colase, y a Kristen Stewart de hombre de hojalata y daría el pego. Incluso Sarah Jessica Parker haría un genial "caballo cobarde", adaptando un poco la obra original. Pero no sería lo mismo.

Bajo todo este envoltorio de Dorothy y sus amigos luchando con la malvada bruja del Oeste y recorriendo el camino de baldosas amarillas para que el poderoso mago de Oz les conceda lo que quiere cada uno, veo una cantidad de pullas y crítica social tan divertida como original. No quiero fastidiar el final, pese a lo antiguo de la cinta, pero he comprobado gracias a Wikipedia que han alterado (para bien, muy muy bien) el final del cuento original, en concreto las recompensas que el mago les da a los que piden un cerebro, un corazón y valor, y es la escena que más me ha sorprendido y satisfecho.

Casi cada escena de Oz esta unida por la alegre canción "We are going to see the wizard", y es que es imposible no canturrearla durante días.

En resumen, con unas canciones geniales, personajes encantadores y crítica social camuflada, El mago de Oz es una película mucho menos infantil de lo que parece, con unos actores geniales y que recomiendo ver en versión original. Eso si, la actuación de Margaret Hamilton de la bruja mala me resulta muy cansina, y el diálogo mayormente estúpido que tiene Dorothy durante casi toda la película habría quedado bien si Judy hubiera aparentado ser una niña...

Puntuación:    

Eso es, corazón, cerebro y valor (Como coño se representa eso?) y bien merecidos. Una película maravillosa que sin saber muy bien como, llega a emocionar.

Y ala, idos por el camino de baldosas amarillas.